Atlanta sabe de negros

31-08-2018

Por Néstor Piccone | Licenciado en psicología y periodista

Atlanta es una serie distinta por muchos motivos. A lo largo de dos temporadas con 21 capítulos que no superan la media hora de duración, sorprende, convoca e invita a buscar una nueva entrega sin la necesidad del gancho del suspenso final que exige rápidamente buscar su resolución.

Cada texto en su contexto, decimos habitualmente los psicólogos y así lo practican los periodistas más responsables.

Atlanta, capital del estado de Georgia, es una ciudad que fue destruida por un incendio punitivo en la Guerra de Secesión, en la Civil War del siglo XIX, en los Estados Unidos. Este recurso extremo fue aplicado a los confederados del Sur por las fuerzas del Norte yanqui. Ya en la construcción de la nación estadounidense, Atlanta vio demorado su ingreso a la Unión por negarse a firmar la Decimoquinta Enmienda. Empecinadamente esclavista, Atlanta fue la última en reconocer el derecho al voto de los negros y de ahí su tardía inclusión.

En Atlanta los afroamericanos son la minoría más grande con el 32 por ciento de los habitantes de una ciudad que alguna vez fue considerada la “meca negra” de Estados Unidos, justamente por el desarrollo de artistas variopintos y músicos de jazz, hip-hop, new wave y rap. Es la ciudad con mayor población LGTB+. Allí nació Martin Luther King.

Atlanta fue cuna de la Coca Cola; tiene una alta tasa de crímenes violentos y el canal de cable más importante del país. El emporio Turner promueve desde allí sus señales más importantes entre las que sobresalen la CNN en Español e Internacional. La caída en la producción de autos a manos de los japoneses dejó un tendal de desocupados, a partir del cierre de las fábricas General Motors y Ford. Ciudad ultramoderna, metida en un gran bosque, muestra también imprecisas fronteras geográficas entre ricos y pobres.

La serie de FX, creada, escrita y protagonizada por el joven Donald Glover, no es el testimonio vívido de la historia que brevemente resumimos, es otra cosa. Pero de todos modos esos acontecimientos permean el relato como fantasmas simbólicos.

Los negros no pueden fallar

Cada uno tiene su mandato, sea prescripto desde la historia de los padres, de las creencias de la propia etnia o de las normas de quienes lo antecedieron. Reglas para las que se tiene la opción de cumplir o transgredir, concretar o frustrar las ilusiones inconclusas de los predecesores.

Glover (que nada tiene que ver con el viejo actor llamado Danny) se propone mostrar la vida de los negros en Atlanta desde la propia negritud. Saludablemente elige un formato alejado de la victimización.

Queda claro que su mirada no es la mirada de los blancos.

En la serie los hombres y mujeres elegidos intentan vivir de la música o de los músicos. Jóvenes que conviven con la violencia de una sociedad en la que, para ejercer cualquier rol, los negros no pueden fallar. A ellos (por lo menos así lo creen) no se les perdona lo que a otros/as blancos/as se les concede. Sea hacer música como ejercer cualquier profesión u oficio.

Glover tiene una mirada indulgente con los suyos que no por eso castiga a los blancos. Está construida sin resentimiento.

En Atlanta, la serie, se apela a un humor surrealista, por momentos. En cada personaje hay algo rescatable. Sobre todo en el cuarteto central sobre el que gira la historia. Personajes que en algunos capítulos tienen un seguimiento personal en busca de mostrar su subjetividad al desnudo. Con sus más y sus menos los personajes centrales respetan códigos, algunos de familia.

La historia

La serie no respeta las reglas del “continuará”; aunque den ganas de seguir viendo, siempre quedan picando temas y situaciones que pocas veces se resuelven con la lógica que plantean las comedias americanas.

La historia gira alrededor del rapero Alfred Miles, bautizado Paper Boi, quien está comenzando una carrera de músico difundida por Instagram y una radio FM especializada. El actor Brian Tyree Henry corporiza a Paper Boi, una mezcla de fanfarrón con tierno pibe de barrio que así como se enternece por un perro, duda en aceptar las reglas que le impone el sistema de promoción comercial de la música.

Donald Glover es Earn Marks, primo menor de Paper Boi, mantiene una irregular pareja con Vanesa (Zazie Beetz) con quien tiene una hija. Reconocido como buen padre, su búsqueda es convertirse en manager del popular Paper Boi, con quien policías y ladrones quieren sacarse una selfie. Exuniversitario, con sus recursos e inteligencia, Earn es capaz de salir bien parado de situaciones escabrosas. Llega inclusive a vivir momentos inquietantes y peligrosos con la idea de asumir una profesión de la que desconoce las reglas básicas.

Una frase de Paper Boi, dirigida a Earn, pinta la relación que viven: “Tú eres como Martin (por Luther King) y yo necesito un Malcom X” (líder combativo y antagónico a los métodos pacifistas de King).

El cuarteto protagónico de la serie se completa con Lakeith Stanfield en el papel de Darius; un querible personaje que aunque parezca estar siempre “volado” es el responsable de aportar alguna solución a los problemas con los que la vida cotidiana somete a los primos.

Atlanta es una buena opción para imaginar una expresión similar en Argentina. Sin tener una gran población afroamericana, en nuestro país hay muchos hombres y mujeres, niños, niñas y adolescentes que por su color de piel están obligados a construir su vida con más exigencia que los blanquitos de clase media.

Atlanta, la serie, nos da la posibilidad de pensar cómo el color de piel, las diferencias de clase y de culturas que conviven en una misma gran ciudad definen distintos trayectos de vida. Atlanta, la ciudad, puede ser un espejo de lo que se moviliza en cualquiera de las grandes capitales de nuestro país.

El sistema económico social que se propone a escala universal no brinda muchas opciones laborales a los más jóvenes, y jubila con más castigo que premio a quienes no aciertan con un “emprendimiento” productivo exitoso. Gracias a la globalización de signo neoliberal los modelos económicos y culturales tienden a modelar tanto en Estados Unidos como en Argentina.

En las clases sociales más vulnerables, los mandatos y deseos operan con formas diferentes de ver el mundo y, para muchos, la música o el deporte pueden servir de atajo a una sociedad que no brinda demasiadas posibilidades para un proyecto de vida digno.

Atlanta se universaliza con una historia que puede reconocerse en distintos lugares del mundo. No predica ni baja línea, pero tampoco se inscribe en las series que predicen un futuro distópico.

Aunque el mundo es complejo, Atlanta apuesta a una humanidad plena de colores y de géneros. Con alternativas, casi en extinción, pero alternativas al fin.

Atlanta

Creador: Donald Glover

Producción: FX Productions

Ganadora de 2 premios Globo de Oro en 2016 a mejor serie de comedia o musical y mejor actor y 2 premios Emmys en 2017 a mejor actor y mejor director para Donald Glover.

Dos temporadas: 21 episodios.

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