El ministro de Energía, Juan José Aranguren, justificó las subas de tarifas en la electricidad y el gas en el Congreso y dijo que sin los incrementos, los cortes de luz serían más frecuentes. El objetivo, dijo el funcionario, es "asegurar el abastecimiento energético".
Aranguren detalló que "en este invierno, el costo estimado de producir energía eléctrico está en 1000 pesos por MW/h y los usuarios estamos remunerando este costo por 320 pesos por MW/h". En otras palabras, siguió, "Hoy se está subsidiando el 65% de la energía eléctrica que se consume".
Ese argumento técnico abre la puerta a futuros incrementos de tarifa, si el Gobierno quiere seguir reduciendo los subsidios a la energía. El Ejecutivo garantizó que no habrá más aumentos en lo que queda del año.
Ante los reclamos generalizados por las subas de gas, el Gobierno le puso un tope de 400% al aumento de la boleta residencial y del 500% a la suba para comercios. Dijo que en el futuro intentarán reducir el costo de la energía incrementando la generación. Eso, afirmó, permitirá moderar eventuales subas de tarifas. "El objetivo es ir reduciendo el costo de generación", insistió.
El ministro afirmó que unas 3,5 millones de personas accedieron a la tarifa social de luz y 1,5 millones pagan la tarifa diferenciada de gas.
Aranguren reconoció problemas en la distribución de la garrafa social para los hogares sin red de gas natural. Recordó que el Gobierno cambió la mecánica del plan y ahora deposita a los usuarios el valor de la garrafa. "El usuario paga el precio oficial de 97 pesos, si lo encuentra... reconozco que hay problemas", admitió.
También pasó revista por las medidas que se tomaron para paliar los incrementos en los clubes de barrio y las industrias electrointensivas. Y admitió errores en la aplicación de las subas: "Estamos aprendiendo sobre la marcha", justificó.
