Adaptan cine para personas ciegas y sordas

04-08-2017

Por Lucas Gianre - Redacción UNCiencia

¿Cómo acercar los productos culturales a las personas con dificultades visuales y sonoras? ¿Cómo aprovechar los múltiples instrumentos tecnológicos disponibles en la actualidad para este fin? Hace algunos años, a un grupo de estudiantes del Departamento de Cine y Televisión de la Facultad de Artes (Universidad Nacional de Córdoba) se les presentó la posibilidad de comenzar a trabajar en este campo que tenía, y aún sigue teniendo, muy poco desarrollo en Argentina.

En 2011, este grupo de jóvenes “actualmente de entre 26 y 32 años“ realizó la primera audiodescripción (AD), por pedido de una fundación local que trabajaba con personas ciegas, y a la que le interesaba proyectar una película y producir un documental sobre cómo realizar AD.

"Primero surgió la idea de enseñar cómo se hacen audiodescripciones de pelí­culas para personas ciegas. Pero pronto entendimos que lo importante era hacer el trabajo nosotros mismos", recuerda Ana Laura Badini, quien integró el equipo desde el comienzo.

La primera experiencia fue con un mediometraje titulado El Florista. Así­ fue como en 2013, en el cine Gran Rex de la ciudad de Córdoba, realizaron el primer evento auridescriptivo (llamado así porque utilizaron auriculares inalámbricos) para ciegos hecho en el paí­s. Luego, a fines de 2015, organizaron otro, con entrada libre y gratuita, en el Centro Cultural Córdoba, con la proyección de la pelí­cula De Caravana.

La iniciativa les permitió contactarse con otros grupos locales y del exterior, sobre todo de España, paí­s donde hay un enorme desarrollo en esta área. "Comenzamos a pensar en el área de investigación “cuenta Badini“, y a analizar cómo audiodescribir y subtitular, buscando nuestra propia metodología. Una de las cosas más importante que aprendimos en los primeros tiempos fue que habí­amos subestimado el punto de escucha de las personas ciegas.

Entre tanto, el equipo creó la productora Cine A/D, que comenzó con dos lí­neas de trabajo: audiodescripción para ciegos y subtitulado para sordos.

La visión de los ciegos

Ana Laura Badini, quien ocupa el rol de directora de Sonido de Cine A/D, aclara que nunca usan el término "no videntes", sino "personas ciegas" o "personas con disminución visual".

"La persona ciega -explica- tiene una manera diferente de percibir y ver. Ven a través de los oí­dos y las imágenes que se forman nunca van a ser como las del resto de las personas. No tiene sentido audiodescribir literalmente lo que nosotros vemos, sino lo que esa persona necesita para ver". Esta tarea de selección y análisis, que incluye la participación en la producción de correctores ciegos y sordos, es la que lleva el mayor esfuerzo de la productora.

"Analizamos las pelí­culas como un doble discurso, con lo visual y lo sonoro. En el caso de las personas ciegas, el mensaje visual está subordinado al discurso sonoro, mientras que para los sordos es al revés. Es decir, hacemos una traducción intersemiótica, que es muy constreñida y en la que puede haber baches, como en los diálogos muy intensos", comenta.

La AD es una voz en off que ayuda a comprender los elementos visuales en escena, que se despliega durante los espacios de silencio. En el trabajo se debe especificar cuáles son los espacios de silencio. "Generalmente están entre los diálogos -responde Badini- pero también nos cuestionamos qué son los espacios de silencio, ¿solo espacios entre diálogos? Un sonido de fondo, por ejemplo, ¿es relevante o no?".

En relación a este punto, uno de los criterios de la productora es no intervenir ni en la duración ni en la banda sonora de la película.

On demand adaptado

El proyecto más ambicioso es el diseño de una plataforma digital de video on demand, destinada a personas en situación de discapacidad, donde se proyecte material local y latinoamericano. Este emprendimiento está siendo incubado en la Fundación Gen E.

En 2010, cuando se hizo el último censo nacional, se identificaron 5.114.190 personas que poseí­an algún tipo de dificultad o limitación permanente, derivada de deficiencias físicas o mentales. Entre estas, el 59,5% poseí­a algún tipo de dificultad visual permanente, mientras que el 8,3% sufrí­a algún tipo de dificultad auditiva permanente.

La cultura y los consumos culturales son, al fin y al cabo, un derecho. "Nuestro objetivo principal es que las personas en situación de discapacidad tenga materiales audiovisuales más cerca y más accesibles, y que puedan acceder de manera independiente, ayudarlos a ser más autónomos", concluye Badini.

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