Alfredo tiene 40 años y es “chileciteño hasta la médula”, como se autodefine. No hace falta más, su tonada riojana no deja duda alguna, a pesar de tener lazos porteños. Su padre Lorenzo, despachante aduanero, se instaló en Chilecito en 1973 y comenzó desde cero la finca que hoy trabaja con su hijo.
El 12 de noviembre Alfredo Capece fue designado presidente de la histórica Cooperativa La Riojana, que en los últimos 26 años estuvo conducida por Mario González.
¿Qué significa para vos esta designación?
Es una responsabilidad muy grande, pero con un trabajo de continuidad con el resto de los compañeros del consejo de administración. Mario González, el presidente saliente, todavía tiene mandato hasta 2023, por lo tanto, va a seguir siendo consejero. Yo vengo a sumar en este caso, con una responsabilidad mayor. Veníamos hablando de un cambio generacional, tan necesario en la empresa y también en la participación de los productores. Hoy estamos dando un paso, un mensaje que ha querido dar Don Mario, y estamos para llevar adelante esa iniciativa y continuar el trabajo que se viene haciendo. Hemos tenido la suerte de tener a personas, como Mario y otros consejeros, de los cuales se aprende diariamente.
Además de presidir La Riojana, te toca encabezar del Fórum Mundial Vitivinícola
El traspaso se hizo en Italia y como es costumbre se designa anualmente un nuevo presidente. En este caso la responsabilidad cayó sobre Mario González y ahora al presidir yo La Riojana me toca encabezar el foro.
El foro va diagramando subcomisiones sobre diversos temas, como las compras conjuntas, y se va trabajando durante el año. Una de las cosas que queremos potenciar son los intercambios porque venimos de la pandemia, tanto de la parte dirigencial, técnica como los ingenieros y la gente que trabaja en las zonas agrícolas de las distintas cooperativas, y de jóvenes cooperativistas productores para que tengan la posibilidad de conocer otras regiones y hacer ese intercambio tan rico.
Estamos trabajando con cooperativas de Chile y Uruguay en el armado de una caja con productos cooperativos de América del Sur, la verdad que el tema logístico es la limitante, pero estamos con ganas de realizarlo. Llevaremos un malbec mendocino, un torrontés riojano, los uruguayos pondrán un tannat, los brasileros con sus espumantes.
El foro mundial prevé un preforo que se realizará en abril en Uruguay, en la cooperativa Vica, para ir trabajando temas que se abordarán en el foro mundial en octubre.
“Es un hecho”, habrá menos vinos
El flamante presidente de La Riojana señaló que las heladas tardías que hubo en toda la región vitivinícola afectaron la producción y habrá menos vino en la cosecha 2023. En La Rioja, al igual que en Mendoza, San Juan y Salta, hay zonas que tendrán un 60 % menos de uva a causa de las bajas temperaturas.
¿Cómo les fue a Uds. con las heladas tardías de noviembre?
Acá también se han dado heladas tardías. Los productores de La Riojana están distribuidos en seis departamentos, en ambos lados del cordón de Famatina, y si bien las heladas estuvieron localizadas, fueron bastante fuertes. En Villa Unión, por ejemplo, se registra un 60 o 70 % de pérdida porque la verdad es que han quedado negros algunos parrales. Estamos haciendo ahora relevamientos con los equipos técnicos de la cooperativa, viendo las alternativas para acompañar al asociado en estos momentos críticos. Mendoza, San Juan y Salta también han sido afectadas. Esto hace que haya que rever un montón de cosas en una cosecha que ya se viene para el mes de febrero. Hay todo un movimiento en cuanto a los costos del vino que se traslada automáticamente, viendo como reacciona el mercado después de esto.
¿Esta menor disponibilidad de materia prima va a incidir en la producción de vinos de manera lineal?
Es un hecho.
En pandemia, tuvieron dificultados con los envases de vidrio. ¿la situación sigue igual?
Hemos pasado momentos bastante complicados con eso, pero por suerte se ha solucionado bastantes. Ahora estamos, más en el caso de Argentina, viendo el impacto de los costos de la logística. Nosotros en comparación con Chile, tenemos una suba del 50% de estos costos, y eso se vuelca directamente. Es bastante complejo ante un mundo cada vez más monopolizado, pero son las cosas que desde la cooperativa no podemos manejar.
Más allá de lo que describís, ¿la actividad sigue siendo rentable y hay proyecciones de crecimiento?
Si. Después de la pandemia, o dentro de la pandemia, hemos tenido un consumo record en algunos casos y hemos podido recomponer un poco la vitivinicultura que desde 2019 para atrás venía complicada. Hoy en día se ha mejorado esa situación, pero también esto se ha dado porque muchos productores de diversas regiones del país han quedado fuera del sistema y han tenido que cerrar sus fincas. Todo eso hace que aumente un poco la demanda y que el vino empiece a valer un poco más. La verdad es que no ha sido gratis porque se han perdido hectáreas significativamente. Un solo dato, nosotros en La Rioja elaborábamos 120 millones de kilos y hoy estamos en 60 millones. La Riojana misma llegó a elaborar 60 millones de kilos y hoy está en 30 millones. Esta misma ecuación ha pasado en otras provincias.
¿Estas pérdidas de viñedos están asociadas a la rentabilidad propiamente o a la baja tecnologización?
Una cosa lleva a la otra. Cuando tenés baja rentabilidad como productor empezás a no amortizar la maquinaria, los costos y ni hablar de tecnificar. Eso te lleva directamente a bajar los costos, pero si no hay rentabilidad no se invierte.
