La avena es el insumo esencial que utilizan en la elaboración de alimentos y en estos días los integrantes de la cooperativa Cerealcoop están comenzando a evaluar diversos productos.
“Ya empezamos a recibir muestras para empezar a ver en qué calidad está el producto y poder evaluar si le sirve a la cooperativa para comprar insumos y acopiar en la planta”, contó al diario online La Voz del Pueblo el presidente del consejo de administración, Sebastián Anta. Antes del conflicto, Anta se desempeñaba como auxiliar de panificación en la fábrica cuyos productos se conocían a través de la marca comercial 3 Arroyos.
Sobre la planta ubicada en el Parque Industrial Anta explicó que “aún no está en condiciones de comenzar”. En estos días se volvió a habilitar el gas, ya que había una importante deuda que dejaron los dueños, y se trabajará en poner a punto el funcionamiento de los equipos.
Respecto a la nueva etapa que implica volver a producir, desde la cooperativa anticiparon que tienen “un par de contratos para empezar, por lo tanto ya empezamos a convocar a socios para ver las condiciones de trabajo que tendrá Cerealcoop en esta etapa”. “La gente está con muy buena predisposición para entrar en esta etapa tan linda de arrancar a producir”.
Avena a granel
Consultado sobre el producto que comercializará Cerealcoop, indicó que se iniciará “con avena a granel en grueso, instantánea, tradicional, extrafina, harina de avena y salvado de avena”.
Anta indicó que falta poco para iniciar el nuevo camino para insertarse en el mundo productivo y de la comercialización, por lo cual están “muy contentos por lo que hemos hecho hasta ahora, y por lo que viene próximamente. Tendrán noticias de Cerealcoop porque arranca a producir”, reiteró.
Actualmente en Cerealcoop continúan trabajando ocho socios de la cooperativa de manera activa; pero “tenemos la posibilidad de incorporar arriba de 30 personas. Todo depende de los contratos que se generen, y la cantidad de materia primera que podamos conseguir en esta primera etapa”, sostuvo.
Los trabajadores de la ex fábrica Laso fueron abandonados por los dueños, que de un día para el otro dejaron de abonar los sueldos y se fueron sin siquiera despedir formalmente a los empleados.
De ahí en más, iniciaron un proceso de recuperación de la fábrica organizados en cooperativa.
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